El BlogApúntateLista de Posts
![]() |
Miedos
El miedo es algo muy natural, sirve para frenarnos ante una decisión que puede darnos problemas, para ponernos en alerta ante una situación que puede volverse peligrosa en cualquier momento, y por último, para ponernos en tensión ante una amenaza inminente, y mejorar nuestra capacidad de defendernos de ésta. ![]() ![]() Una de las señales que activan el mecanismo del miedo son las situaciones o cosas que nos resultan extrañas o a las que no estamos acostumbrados. Y claro... cuando uno viaja se enfrenta todo el tiempo a todo tipo de estímulos que nos son totalmente nuevos, y que pueden activar el mecanismo del miedo. Y cuando el miedo entra en acción, una situación que objetivamente reconocemos como totalmente inocua, carente del mas mínimo riesgo, e incluso sencilla y tonta en muchos casos, de pronto nos asusta, y el miedo nos frena y puede llegar a impedir que nos atrevamos a hacer algo que sabemos que en realidad no es en absoluto peligroso, y que podría ser interesante, divertido... ![]() ![]() Para empezar, al plantearnos hacer un viaje, hay muchas razones que pueden empujarnos a no hacerlo, como el gasto de tiempo y dinero que supone, lo complicado de prepararlo todo, los problemas que podamos encontrarnos... todas ellas razones de mucho peso y lógica. El miedo a tener que enfrentarse a los papeleos, a tener problemas con el visado, a no entender el idioma... es normalmente exagerado y desproporcionado a la realidad, como suelen ser los miedos. Por ejemplo, hay un plato de comida china, que llaman "hot pot" (olla caliente), que es una especie de fondue algo picante, con verduras y carne. Y en las calles de muchas ciudades, especialmente por la tarde-noche, se montan muchos puestos callejeros donde tienen bandejas de agua hirviendo, con comida cociendose. El sistema es el siguiente: te acercas al puesto, coges un plato, te sirves la comida que te apetezca (las distintas verduras, carne, etc... están pinchadas en palitos), y te la comes tranquilamente. Al terminar, le das al dueño el plato con los palitos sobrantes, y el los cuenta y te cobra según cuántos hayas comido. Pues bien, pasé al menos un mes viviendo en una zona de Pekín con varios de éstos puestos al lado de mi casa, y deseando probarlos... pero sin atreverme a ello. No terminaba de entender el sistema, no sabía como se pedía, como se pagaba... y en general, el enfrentarme a una situación que me resultaba tan absolutamente desconocida, me frenó durante mucho tiempo. Afortunadamente, al fin un día me decidí... que demonios, no puede ser tan dificil, se hablar chino, si tengo algún problema, pregunto. Y efectivamente, no era en absoluto dificil. No tuve el más mínimo problema, y descubrí una comida que me ENCANTA y que ahora suelo cenar casi a diario. Podía haberlo hecho un mes antes, pero pasé muchas veces por delante de los puestos y no me atreví a intentarlo. Que tontería ¿no?, pues si. ![]() Hay muchas, muchas situaciones en las que podemos vernos limitados por un miedo irracional a enfrentarnos a algo que desconocemos. Situaciones tan complejas como dormir en una casa de baños, teniendo que entender como funcionan un montón de cosas (donde dejar la ropa, cuando bañarse, como usar las llaves, donde dormir, cómo pedir la comida incluida en el precio, encontrar el WC...) o tan sencillas como que te regalen una fruta, y por no saber cómo se come (¿hay que pelarla o solo lavarla?) ir dejando pasar el tiempo hasta que se ponga mala. ![]() Luego está la sensación que a veces nos da, sobre todo si viajas solo, cuando ya estamos en nuestro destino, a muchos miles de kilómetros de casa, acostados en una cama extraña, en un cuarto extraño, en un país extraño... Eso también es inevitable, y a veces puede hacernos pasar un mal rato, e impedirnos disfrutar de lo que debería ser una buena experiencia. Pero al menos, ya que la sensación viene cuando ya nos encontramos metidos de lleno en el viaje, no puede limitar nuestra capacidad de tomar decisiones. En definitiva, es importante ser conscientes de las limitaciones a las que nos veremos sometidos si nos dejamos llevar por ésta sensación por la que, debo admitir, yo mismo me he dejado llevar en más de una ocasión, y es importante aprender a ignorarla, dar preferencia a nuestra capacidad de análisis objetivo... y atreverse a intentarlo, lanzarse, probar cosas nuevas, y meterse en situaciones a las que no estamos acostumbrados.... que demonios, para algo viajamos, ¿no?, si no nos gustan las emociones (no confundir con el peligro), podemos quedarnos tranquilamente en casa, que también se está muy bien. Pero ya que estamos en otro país... pues hay que disfrutarlo ! ![]() |